Hoy es 17 de junio, lunes y primer día de jornada
intensiva en la empresa con horario de 8 a 15. El bucle ha empezado.
Son las 19.46 y hace más o menos nueve meses, cuando se
terminó la jornada intensiva en septiembre después de un verano de lo más
improductivo, me prometí que no sufriría otra temporada de trasnoche estival
por echarme la siestal borrego 3 horas, dormir luego cinco porque hasta las 2
de la mañana luego no tengo sueño cuando me acuesto y al día siguiente después
de estar reventao toda la mañana en el trabajo, compensar con la siestal
borrego 3 horas no durmiéndome hasta las 2 de la mañana porque me he echado la
siesta y volver a compensar con una siesta de 3 horas… Bien, a poco que el
lector hile, creo que es suficiente para haber entendido el paralelismo con el concepto
bucle.
Ayer jugó España y terminó a las dos de la mañana porque a los
brasileños se les pone en la polla vivir cinco horas más tarde. Ahora me acabo
de levantar de la siesta después de dos horas y media con una sudada como si
hubiese jugado yo el partido. Todo iba bien ayer a las seis. No salí el sábado,
el domingo sólo media hora de siesta, había tomado clara conciencia de que el
lunes entraba una hora antes para adelantar el despertador… y va España y se
estrena en la Confederaciones a medianoche.
Pues a tomar por culo, ya ha empezao el baile, el puto bucle
de todos los veranos. Pero no pasa nada… mañana no me echo la siesta para
dormirme prontito y listo. Eso, a no ser que salga tarde de trabajar y cuando termine de comer a las 17.00 oiga voces.