jueves, 31 de diciembre de 2009

Finiquito '09

No os pediré precaución con las uvas porque supongo que después de haberos puesto gorrinos con otras cosas mucho más atragantables pasaréis la prueba sin problemas. Si salís a la aventura esta noche ya deberíais haberos agenciado una petaca, pero si no lo habéis hecho seguro que aún estáis a tiempo de conseguir una. Por favor, mañana no le echéis la culpa al garrafón porque tras doscientos cubatas la bajona no perdona. Que la suerte nos acompañe en 2010.

Ahí os dejo una cancionzaca para que practiquéis el berrido en falsete.

martes, 29 de diciembre de 2009

Adiós sin Ramón

Hace unos días, coincidiendo con su salida del quirófano, me enteré de que Belén Esteban presentará las campanadas de nochevieja en Telecinco junto a Jorge Javier Vázquez.

En primer lugar, he de decir que me congratula que Telecinco corone su primera década en el siglo XXI con el más claro ejemplo de lo que representa, o sea, la degradación televisiva de este país. Si la cadena ha luchado por alcanzar este objetivo durante años, creo que después de muchos esfuerzos ha conseguido ponerle la guinda al pastel.

Por otra parte, me gustaría expresar la decepción que me produce el que Ramón García no presente las campanadas en ninguna cadena. Yo siempre le he sido fiel porque me traía buenas sensaciones con su capa, una rubia al lado y sobre todo, la confianza de que no la iba a cagar con los cuartos. Sin embargo, parece que este año todas las emisoras han decidido prescindir de él, así que haré campaña para ver "las uvas" en TVE y empezar el año amortizando el pago del canal.

Podría ser que a última hora Intereconomía nos ofrezca una exclusiva mundial y Ramón aparezca presentando las campanadas en este canal junto a Torreiglesias, pero que se lo piense bien, porque si repite la de Punto Radio lo mismo son las últimas uvas que se toma.

En cualquier caso, sólo me arrepentiré de no ver a la Esteban presentando las uvas en Telecinco si mientras se las toma se le cae la nariz a pedazos. Y si no es el último día del año cuando esto sucede da igual, porque estoy convencido de que su cara acabará siendo otro fracaso de quirófano igual que la liposucción de Chenoa.

domingo, 27 de diciembre de 2009

En terreno vedado

Ni en la “Naranja mecánica” aparece Naranjito a lo Robocop ni en “Alguien voló sobre el nido del cuco” se ve nada parecido a lo que dice el título. A veces, lo mejor que pueden hacer los traductores es dejar las cosas como están, que ya se sabe que en España se nos hace el culo gaseosa con todo lo que se diga en lenguas extranjeras. Es cierto que en casos como en “Mucho ruido y pocas nueces” los traductores se han lucido, pero lo mejor es que ante la duda se estén quietecitos y lo dejen en inglés para que tenga más gancho, como en “Grease” o "Taxi driver".

Todo esto viene porque ayer estaban poniendo en la televisión “Brokeback Mountain” y renunciando al film camino de la siesta se me iluminó la bombilla. La verdad es que me sentí bastante estúpido por no haberlo pensado antes, pero he de decir que no es una película que haya ocupado muchas de mis reflexiones desde su creación. A pesar de ello, corrí a comentárselo a mi hermano, ya que momentos antes me había interrogado acerca del argumento y le había dejado apoderado del mando tras decirle simplemente que iba de vaqueros.

Como el hombre nunca ha terminado de hacerse con el dominio del inglés, intenté darle unas indicaciones que le guiasen un poquillo: “Broke viene del verbo romper y back es espalda, atrás…”, pero el tío me miraba dejándome claro que le importaba una mierda la tontería que le estaba contando y con cara de que se iba a dormir antes de ver a algún vaquero mordiendo almohada, así que me fui a la habitación.

"Brokeback mountain: En terreno vedado"... Supongo que en este caso hubiese estado curioso que algún fiera hubiese traído la peli de Hollywood con su título original traducido. "La montaña del ojete partido" hubiese tenido mucha más pegada, sin duda.

martes, 22 de diciembre de 2009

El Gordo y el idiota

Todos los años a estas alturas tenemos que ver a un idiota en la televisión asegurando conocer el número premiado del Gordo de la lotería. El tío mete un papelito en una urna y hasta el día siguiente no se le pone en los huevos abrirla. Cuando lo hace, siempre acierta, luego todos le aplauden y aún no entiendo por qué el regidor les anima a hacerlo si haber perdido la oportunidad de forrarte es ser un auténtico capullo y no un crack. Este momento es muy especial porque es uno de los pocos capaces de poner de acuerdo a un país entero cuando a todos se nos pasa exactamente la misma pregunta por la cabeza. Vamos, como si Raúl falla un penalty.

La otra pregunta típica del veintidós de diciembre es ¿qué, te ha tocado algo? A lo que se puede contestar también típicamente con "pues no, no ha habido suerte" o variar con un "sí, la lotería me toca los cojones".

Yo pertenezco a los que gustan de emplear la segunda opción de respuesta y a pesar de que este año he pisado muchas más mierdas que gatos negros me he cruzado, no me he visto con fuerzas para pulirme veinte eurazos en un boleto. Sé que si no compro no me tocará nunca, pero soy más de perder el dinero en el bingo con los amigos. Aunque este juego es menos enriquecedor económicamente hablando, creo que tiene más emoción, es más entretenido y además siempre tienes a mano al premiado para darle una tollina.

domingo, 20 de diciembre de 2009

¿Button?

Antes de disfrutar con el ragú preparado a fuego lento por Federico alias "spinuto" , mi misión era tirar la basura y comprar algo para no morir de hambre. Al Arguiñano de Perugia se le habían pegado las sábanas y las tres horas de cocina que requiere la receta suponían que estaríamos catando el ragú a eso de las cinco de la tarde, justo con el comienzo del partido del Barça.

-Reciclado, orgánico, reciclado, orgánico, recic...- Me dice mi parienta sabiendo que iba a confundirme de cubo donde tirar las bolsas.
-Venga trae.

.......

-Y dos litronas.-Le digo a la china dejando los Risketos encima del mostrador.
-Ehh...ahh..uah...uooo...-Me contesta la mujer haciendo gestos como resolviendo un cubo de Rubik imaginario entre sus manos.
-Y dos litronas, por favor.-Repito.
-Ouuuu...deneí, cané...??- Le entiendo mientras se pone colorada...

(Desenfunda)

-Aooo...uaaa...mucho mayó, mucho mayó...jijiji.

¿Mucho mayor?Tía mamona, ¡pero si seguro que los del colegio de al lado te compran el ron desde que tienen doce años!

Hay cosas que no cambian. Me quedan dos semanas para cumplir veinticuatro primaveras, no me ha salido aún la barba, sigo esperando a pegar el estirón que me prometieron cuando me compraban los abrigos tres tallas más grandes y hoy en el chino me vuelven a pedir el DNI.

Mis amigos planean dejarse bigote para nochevieja y si quiero ir a tono tendré que pintármelo. Espero no tener que pedir en casa la autorización firmada para el viaje de fin de carrera, aunque a estas alturas ya nada me sorprendería...

Por mucho que Pedrito se ponga Pedro en su camiseta siempre será Pedrito. Paquirrín, Joselito, Ramoncín... ¿Marquitos? Ahora mismo dudo del honor que me supone tener la oportunidad de entrar en tan selecto club de gente que por una u otra razón no ha terminado de dejar su infancia atrás. Sim embargo, a veces pienso que lo mío es más un problema de rejuvenecimiento, a lo Brad Pitt en Benjamin Button. Salvando las distancias, claro.

El ragú, buenísimo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Duomazo en Las Gaunas

Antes de entrar en materia me gustaría decir que el "duomazo" de ayer a Berlusconi me ha recordado a algo que repito hasta la saciedad cuando vuelvo de Italia sorprendido por lo extraño de algunas cosas que allí suceden. Me reafirmo en mi opinión, por tanto, y animo a esta nación a sacarle más partido a la explotación de algunos de sus recursos gastronómicos y robarle un poco de parcela, en este caso, a un mercado muy participado por los canarios. Y es que aunque los italianos se preocupen ya bastante por su plátano, una república bananera de este calibre no puede presumir sólo de pasta, pizza, vino y aceite cuando la cultura de esta fruta abunda allí de manera tan exagerada.

La noticia entera sobre la agresión a Berlusconi se puede leer, por ejemplo, en la web de Pedro J., y a mi me ha llamado la atención el último párrafo: "Sin embargo, los agentes están investigando si el ataque de Tartaglia contra 'Il Cavaliere' no ha sido premeditado. Sobre todo, dado que en la pequeña bolsa que el agresor llevaba consigo había un abultado encendedor de mesa, un objeto decorativo de cuarzo muy pesado, un afilado trozo de plexiglás** de 20 centímetros de largo y un crucifijo de 30 centímetros".

Yo no es por defender al zumbao que le ha partido la boca a Silvio, pero no creo que comprase todo eso para elegir entre el "abultado" encendedor o el cristo a la hora de romperle los dientes. Lo que pienso simplemente es que el tipo es un cutre de mucho cuidado y esa tarde salió a comprar a una tienda de souvenirs los regalos navideños de toda su familia para evitar aglomeraciones, vio que por culpa de Berlusconi estaba aquello a reventar y claro, se le fue la olla. Aunque sé que esta predicción a boteprisa podría estar a la misma distancia de la realidad que la que meta en la cárcel al tal Tartaglia, de momento tiene la misma validez que la de Pedro J.

Reconozco que a partir de ahora se me hará raro escuchar a esa gente que se pasea por las tiendas de souvenirs diciendo que las réplicas y adornos no sirven para nada. Que se lo digan a mi abuela, lo contenta que se pone la mujer cada vez que me llevo alguna chocholoquez de esas tiendas para que las plante debajo de la tele.

Por cierto, dejo ahí una encuesta para que contesten los que se aburran lo suficiente y así realizar una rigurosa valoración de nuestro líder actual, ZP.

*Plexiglás: Resina sintética que tiene el aspecto del vidrio, según la RAE.
**Pichiglás de toda la vida, según mi abuela.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Otra vez tú, CutMan...


Hoy voy a hablar de las peluquerías. Aunque a priori pueda parecer que no conozco de nada esta clase de lugares, creo que el enriquecimiento siempre es inversamente proporcional a la asiduidad con la que se visitan.

Como la última vez que tuve que ir a pedir trabajo fue hace un año, desde entonces no me tocaban unas tijeras ajenas. Hace quince días que mi sombra me convirtió en Krusty el payaso y decidí que había llegado el momento de ponerme en unas manos supuestamente expertas. Como siempre, sabía que me iba a arrepentir, pero coño, que yo lo que quiero es el bigote de Vicente del Bosque y no su silueta.

Nunca me han gustado las peluquerías. De pequeño en León cada vez que mi padre le decía al peluquero “cortito” me cagaba vivo porque cuando oía susurrar a la maquinilla sabía que iba a salir de allí con más frío del que había entrado. Eso sí, siempre mejor ir a la peluquería de caballero antes que pasar por la peluquería casera, ya que desde que a mi padre le dio por creerse Llongueras, mi hermano, la perra (Popi) y yo coleccionábamos trasquilones a cada cual más profundo: “Uy, si me he confundido y le he puesto el cabezal del 1… bueno no te preocupes hijo, que luego crece”…

En primer lugar, he de decir que las peluquerías de caballero siempre me han gustado más que las unisex. Sin embargo, desde hace unos años bajo a la de al lado de casa porque la de caballero es más cara, está más lejos y no hay quien le explique al tío ése que no quiero que me corte el pelo a raya y engominao cual falangista. Lo que echo de menos es que allí esperaba con la Man o la Interviú de Concha Velasco con cuarenta años menos, y no con la Cuore y el Hola con Concha Velasco viejuna y vestida. Además, que no entiendo porque si la peluquería es unisex sólo tiene revistas de tía, pero claro, que tampoco entiendo por qué lo llaman unisex y no bisex, si lo que se quiere decir es que vale para los dos sexos.

El caso es que la peluquería está tan cerca de casa que nunca me da tiempo a arrepentirme por el camino y cuando lo hago ya estoy esperando los veinte minutos de rigor con los secadores de fondo. Porque aunque el sitio esté desierto siempre que pregunto me dicen que tengo que esperar veinte minutos. ¿Qué la peluquera se está tocando los genitales a dos manos? Pues veinte minutos. ¿Qué la peluquera no da abasto? Pues también, veinte minutos. Y yo ahí, esperando veinte minutos que pueden ser tres cuartos de hora o lo que le de la gana a la peluquera, porque allí esperas y no haces más que oir las señales horarias de los 40 Principales. Si además esa semana está Bisbal o Alejandro Sanz en el número uno, la espera siempre será mucho más dramática.

“¿Te lavo el pelo?” me preguntan siempre... Vamos a ver, ¿es que en Formación Profesional enseñan que los verbos lavar y cortar son sinónimos? Qué pasa ¿que tengo cara de no saber lavarme el pelo? Joder, es que como si está para freir un huevo, a mí me gusta que me corten el pelo lleno de mierda para luego ya quitarme los pelos con una ducha en casa. No me resulta cómodo que me quemen la cabeza con agua hirviendo mientras se me parte el cuello contra un lavabo y que además luego me cobren por ello, así que cuanto antes me pongan la sábana de mierda esa que no sirve para nada y empiecen, mejor.

“Dos dedos, y que crezca como está”, pido sin esperanza. Y cuando la tía ya ha cortado dos dedos, pero del ancho de los de Hulk, me suelta siempre… “Huy, ¿te lo has tocado tú? Es que hay partes que está muy desigualado… lo mismo te tengo que cortar un poquito más...” Ahí estoy perdido, porque ya si que me va a cortar lo que le salga de los cojones. El resto del servicio me lo paso mirándome los pies en el espejo con cara de niño encabronado.

“Tú si te hago daño me lo dices ¿vale?”.
- Joder, haberlo dicho hace diez minutos cuando has visto que me estaba llorando el ojo izquierdo.- pienso.

“Pues sí, sí, tenías un montón de pelo, mucho más de lo que parecía” .
- Nos ha jodido, todo el que te he dicho que dejases en su sitio. Si en el suelo hay pelo para hacerle tres pelucas al Dioni... Me dan ganas de pedirle que me lo ponga en una bolsa y llevármelo para venderlo.

“Lo mismo no te venía mal un champú especial porque se ve que tienes el cuero cabelludo muy sensible”.
- Ya, y una mascarilla de esas y hasta un alisado en el pelo de los huevos. Sensible tengo ahora mismo el carácter...

Pero la frase que más me gusta es: “Mira, ahora estás mucho mejor, si los chicos estáis mucho más guapos con el pelo cortito”… Ahí es cuando miro a la tía, con su pelo de colores quemado por los doscientos tintes que se ha echado desde la fiesta de nochevieja y me imagino a su novio, un pedazo de poquero con piercings de oro por todas partes y con un cenicero en la cabeza. Cortito, dice. Maldita peluquera…

- ¿Cómo quieres que te peine?.- Ya empezamos, pienso.
– No, no te preocupes, si yo voy sin peinar…
- Pero hombre, ya que has venido, te puedo peinar como quieras.- Insiste.
- No de verdad, si voy directo a casa...
- Que sí hombre…- Y entonces es cuando empieza a atusarme el pelo como intentando dar forma al crimen.

Cuando ya he conseguido apartar esas manos de mi cabeza y pago, me voy andando rápido a casa y me meto a la ducha. Todo para que cuando creo que empiezo a acostumbrarme a mi nueva imagen me encuentre al cabrón del Tapia y me diga que parece que llevo un casco en la cabeza.

Hasta el año que viene no vuelvo. Tengo doce meses por delante para amortizar los diez euros que me ha costado el mal rato.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Prostitución sostenible

Como bien saben todos los individuos que vean los primeros diez minutos de telediario o echen un ojete al periódico, estos días se celebra en Copenhague una cumbre contra el cambio climático de esas en las que los mandamases del mundo echan un pulso para ver quien promete más y consigue luego cumplir menos. Después de unos días de comilonas, el final ya lo conocemos todos, harán un texto de conclusiones como los que hago yo para los trabajos de clase cuando me veo obligado a elaborar este apartado y que la seño no se de cuenta de que me estoy tirando el pisto. El resultado siempre es el mismo: Un texto aprobado por los pelos pero que todo el mundo sabe que no ha servido de nada. Bueno, mis trabajos sí sirven de algo, pero sólo para gastar tinta de la impresora, con lo cara que está y lo que luego me fastidia ir a comprar el recambio sin haberme fijado en el maldito modelo de cacharro.

Pero centrándome en lo importante, os cuento que ayer me comentaba Ana Blanco desde la televisión pública que en la cumbre se ha hecho una petición un poco especial al público: No hacer uso del servicio de prostitución para luchar contra la explotación sexual. Una propuesta valiente, sin duda, y aunque no sé si es la forma adecuada de conseguirlo, el caso es que al parecer el objetivo es lograr una prostitución sostenible o algo así. Ana, que no debía de estar segura de creerse lo que estaba leyendo, lo ha dicho al final un poco por lo bajini para ver si pasaba desapercibido. Yo, desde luego, es lo único que he sacado en claro de toda la información acerca de la cumbre que la periodista ha soltado.

De este modo, a falta de que los prosticonsumidores se manifiesten, las primeras en movilizarse han sido las putas en sindicato. Y es que las afectadas han decidido responder a los de la cumbre con una medida revolucionaria como es ofrecer sexo gratuito a todos los mandatarios que se acerquen al evento. Vamos, que hacen igual que cuando los ganaderos regalan la leche o los agricultores los limones.

En fin, que visto lo visto, Berlusconi estaba en Bonn contándoles a los europeperos que tiene los cojones de plomo pero lo mismo no le viene tan a desmano pasarse por Copenhague con la excusa de investigar por donde se penetra a las sirenitas. A mí siempre me han dicho que este cruce de pez y mujer es muy de vida alegre y tengo curiosidad por saber el lugar por donde se ejecuta la cópula, porque si de ombligo para abajo son todo cola, no veo ahí hueco para hacer hoyo.

Bueno, que ya le comenaré mis dudas al veterinario cuando me toque la revisión, pero a ver si se pasa antes Silvio por allí y me pone un mensajete sacándome de dudas antes. Estoy seguro de que va a a ser lo único que saque en claro de la cumbre.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Duelo abdominal: Ronaldo el flaco Vs Aznar

"Una de las respuestas a la pregunta de qué hace Cristiano Ronaldo para tener un físico tan privilegiado es su obsesión por las abdominales. Hasta tres mil al día realiza siempre que puede. Un trabajo que no pasa inadvertido cuando el madridista se quita la camiseta". Este es el subtítulo del artículo publicado en el Diario As hace tres días, justo cuando los votantes del periódico hicieron merecedor al jugador del premio que el diario de Prisa le concedió. Me imagino que los votantes del Sport o de otro periódico que no fuese As o Marca le hubiesen dado el premio a Messi, pero entonces el ojete de Cristiano no hubiese quedado tan reluciente como después de que los del As se lo trabajasen con ahinco.

Tenía tantas ganas Cristiano de enseñar sus abdominales que ayer estuvo a punto de quedarse atrapado en la camiseta corriendo a ciegas mientras se la intentaba quitar. Mal, porque hoy ya sabía lo que se nos venía encima: abdominales de Cristiano por todas partes, en la tele, en el periódico, en el ordenador, en los macarrones... hasta por la radio me los estaban pintando, cojones. Sin embargo, el comentario más lúcido que he oído ha sido cuando a la hora de los deportes en el telediario mi hermano ha sentenciado: "Éste tío es idiota, verás cuando se ponga como Ronaldinho y le hagan una foto to gordo. Verás como se arrepiente de haberse estao quitando la camiseta pa que luego comparen".

Y es que parece que está de moda presumir de cuántos abdominales haces al día. Este verano dijeron que Aznar hacía 2.000 cuando le pillaron abrasado al sol con un Gremlin en el estómago. Después de ver ayer a Cristiano y pensando en Aznar, me imagino a este líder de masas ganando las elecciones y quitándose la camisa a lo Hulk en el balcón de Génova. También estaría entretenido ver mano a mano a Cristiano y al bigotes en un duelo después de comerse unas lentejas. Eso sí, con camiseta los dos para evitar que vomitase alguien del público antes que los participantes.

Lo que yo tengo claro es que Aznar, viendo que es un negado para el inglés, decidió invertir ese tiempo de aprendizaje lingüístico en hacer abdominales y lo que consiguió además de unos abdominales modelo, fue que su mujer se pusiera a escribir cuentos. A Cristiano le debió de pasar algo parecido con el inglés pero al final se hizo con el idioma. Por otra parte, no me imagino yo a Paris Hilton escribiendo cuentos porque irían más encaminados hacia la novela guarrindonga y dudo que la chica sepa escribir algo más que mensajes por el móvil. Aquello estaría lleno de "Ouh yeah, yeah, yeah..." y con eso, aunque el argumento quede profundo, no se convence a una madre para leérselo a los niños antes de dormir. Iban a acabar los calzoncillos con más pliegues acartonados que los abdominales de los tíos estos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

ilooser

Los días en que uno tiene prisa son esos en los que decide innovar y tomar atajos que siempre suelen conducir al fracaso. Por eso, hoy en vez de coger las escaleras mecánicas como todos los días me he metido al ascensor para bajar al piso –2 del intercambiador de Plaza Elíptica y ahí subirme autobús. El habítaculo estaba abierto y no había nadie alrededor, así que bajaría a mucha mayor velocidad y pillaría el bus a Getafe in extremis gracias a mi astucia... Sí, soy un ilooser.

Una de las situaciones que más me revientan cuando monto en un ascensor es que éste se vaya parando por todos los pisos y que las personas que lo llamaron se hayan ido antes de que llegue. Cuando las puertas se abren y no hay nadie se hace un silencio bastante incómodo y si tienes prisa aprietas el ojete para que las puertas se cierren de una vez. No obstante, esto se produce habitualmente a cámara superlenta y justo cuando están a punto de cerrarse siempre aparece un cabrón que mete la zarpa para que las puertas se vuelvan a abrir. También está la opción de que sea uno de dentro el que conmovido por la pena apriete el botoncito para que las puertas se abran. Entonces te das cuenta de que sólo hay una persona a la que odias más que a Ramoncín y al hijo puta que ha llegado el último. Sí, si estuvieses en una peli de Tarantino le cortarías el dedito y luego le reventarías a hostias con un punteo de guitarra de fondo, pero tu película la dirige Pablo Carbonell, en tu banda sonora suena Manolo Escobar y el tío al que quieres matar te saca dos cabezas.

Así pues, mientras este mediodía se cerraba la puerta ha entrado el cabrón que ha destruído la relación entre ascensor y velocidad. No contento con su acción, ése tío se ha convertido en el hijo puta que les ha abierto la puerta a otros tres que me hostiarían de haber intentado tocarles un pelo, así que cuando por fin ha arrancado el ascensor he empezado a notar como los cincuenta grados de temperatura que debía de haber en ese cubo comenzaban a poner a prueba mi desodorante. Como estamos en invierno, el abrigo, la mochila, el gorro, la carpeta y los cascos me estaban sobrando. Hoy he sacado del armario la bufanda de lana y notaba que mi cuello era un infierno en carne viva y además, el hecho de entrar el primero al ascensor te coloca siempre en el último lugar para la evacuación. Como dos minutos después de haber entrado al habitáculo pulsando el –2 mi humor ya no era el mismo, para escapar de allí he estrujado a la gente contra la pared para que se apartasen de mi camino olvidando todo tipo de vocabulario protocolario.

Cuando la puerta del ascensor se ha abierto he salido disparado viendo como mi autobús se marchaba. El autobusero me ha mirado y ha girado la cabeza hacia el asfalto, pero algo le debe de haber pasado por la cabeza para que se haya detenido finalmente para abrir la puerta. En éstas, he subido al autobús convertido en el cabrón que hace llegar tarde a los que van dentro y le he dado las gracias al conductor como si me hubiese tragado un megáfono. Acto seguido he metido el ticket y he avanzado por el pasillo.

A medida que lo recorría buscando sitio he notado que el autobús de hoy tenía un brillo diferente, con asientos mucho mejores y una línea mucho más moderna que los trastos en los que me monto normalmente. Cuando la gente me ha empezado a hacer señas me he dado cuenta de que el conductor me reclamaba, así que he apagado la música y he ido hasta él:

- ¿Me enseñas tu billete? -Me ha preguntado con una voz que denotaba cierto hastío.

- Claro, aquí tiene, el B-2. -Le he dicho enseñándole el Abono.

- Esto no te vale chaval…

Entonces se ha producido un cortocircuito tiempo-espacio en mi cerebro y ha saltado el típico listo que siempre va sentado en primera fila de tertulia con el autobusero:

- Pero a ver niño, ¿Tú a dónde vas?. -Me pregunta el cabrón, como si tuviera más prisa que yo.

- Pues… a Fuelabrada… digo no, bueno, eso es luego en el Metro… ahora voy pa Getafe.

- Cojones, pues vete a Getafe, pero cogiendo el autobús del piso de abajo, que esto es el -1. -Ha respondido aclarándolo todo…

Cuando me he bajado de ése autobús sabía que nunca más volveré a montar en el maldito ascensor del intercambiador de Plaza Elíptica. Algún cabronazo había llamado desde el –1 y me la he comido doblada porque yo había pulsado el -2. Ya he dicho que odio a la gente que llama al ascensor y se va sin esperarlo.

Como normalmente voy dormido, de haberme valido el billete mi viaje hubiese acabado en Toledo. Sin embargo, el autobús a Getafe ha tardado veinte minutos en venir, por lo que también he podido llegar lo suficientemente tarde como para que mis compañeras de grupo me odien un poco más y hayamos tenido que retrasar nuestra exposición por mi culpa.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Fonsi sí, tú no

Es por todos conocido que en los tiempos que corren la línea que separa lo moderno de lo ridículo es tan fina como el pelo de una gamba, y me pillo los dedos. La innovación está a la orden del día, las franquicias ansiosas por colaborar en esta locura y el revival atuendístico inmerso en una cíclica vertiginosa que no acaba de descarrilar. Los concursantes de “Fama a bailar” se multiplican por las calles de mi barrio y los pantalones de pitillo oprimen los testículos de media España. Yo, que fui calificado como moderno por llevar un sombrerete, sin ser un fugitivo de la moda veo que pierdo el tren de la modernidad mientras la cosa cada vez se desvirtúa más entre plastiquetes y leopardesas.

“Como véis, Fonsi apareció como padrino de la fiesta con vaqueros anchos, zapatos acharolados, esta sudadera gris con capucha... y pajarita. Muy moderno Fonsi.” Son las palabras de Anne Igartiburu hoy comentando a este amo del circuito cuyas paredes de casa creo que están empapeladas con publicidad de Ron Brugal para limpiarse el culo en un photocall y no perder costumbre.

“Venga, no me jodas Fonsi, que aunque seas el sobrinísimo y la tengas más tiempo dentro que fuera pareces gilipollas con esa pinta”, hubiese sido mi comentario corazoniano si mis tangas tuviesen el mismo éxito que los de la Igartiburu. Aún así, que tomen nota los que vayan a ponerse pajarita con la sudadera: Fonsi sí, tú no. Fonsi se la ha pegao mil veces en la moto y no le ha pasado nada, si tu te pegas una de esas hostias te matas. Fonsi había follado hace diez años más que tú y Julio Iglesias juntos en vuestras próximas diez vidas. Fonsi es de mentira, tú de verdad. No intentes vestirte como un presentador de la MTV o un concursante de Fama porque tu no saldrás jamás por la tele más que de público en el Diario de Patricia (toma!). Asúmelo.

“Como véis, el tipo de pelo churretoso y barba de naúfrago que lee el suplemento dominical del ABC calza unas J´Hayber y viste un pantalón de chándal Adidas color mierda, un forro polar saturado de pelotillas y una camisa Lacoste que podría hacer las veces de mantel de picnic. Oh, y esos calcetines blancos de marca "sport" son un complemento que nunca pasa de moda. Púdrete Fonsi, el churretoso es el ganador, sí señor”. Este hubiera sido el comentario de Anne de haber plantado un photocall en mi vagón de metro. “Anda cojones, un bohemio”, he pensado yo a la vez que me acordaba de que si ese tío estuviese en una fiesta con Guti o Asdrubal podría ser el creador de la próxima tendencia: El chándal con camisa, algo que siempre ha estado ahí pero que ha sido sistemáticamente rechazado y tachado de paleto. Injusto, pero ojo, que si se llevaron las zapatillas de andar por casa entre los millonetis, el chándal con camisa es el próximo pelotazo.

Mañana tengo que presentar un trabajete en clase. El otro día me compré una camisa de cuadros y creo que iría bien con el pantalón del chándal del Madrid que me queda pesquero. Ya sé que no salgo en la tele, pero la profe que me evaluará iba el otro día con chándal y unos tacones enormes. Creo que puedo ganar puntos. Es una tía de puta madre.