Hace un par de meses largos se presentó contenta mi novia diciéndome que su jefa le había regalado un par de entradas de cine. Aunque no somos mucho de ir a no ser que sea una ocasión especial como Sexo en Nueva York 3, como es gratis nos animamos y desde entonces no hemos parado de intentar elegir hora, lugar y sobre todo película.
Han sido muchos los títulos propuestos, algunos muy de actualidad como Más allá de la vida o la última de los Coen, pelis de negros como Pan Negro o Cisne Negro (este chiste es mío, se me acaba de ocurrir) e incluso llegó a proponerme ir a ver El discurso del rey en versión original, a lo que me negué por dos razones:
-La entrada gratis no valía en ésa sala y después de lo de Avatar aún no me veo con fuerzas para pagar por entrar a un cine.
-No voy al cine a leer.
El caso es que como las entradas caducan el miércoles que viene y la cosa aún está en el aire, una vez ya se ha negado a gastar los tickets con Torrente 4 (hubiese servido para compensar lo de Sexo en Nueva York) seguimos buscando el film que nos cautive.
Sinceramente creo que no vamos a ir y tendremos que esperar a volver al cine pagando cuando saquen Balada triste de trompeta 2, que me han dicho que la primera es buenísima, pero no pierdo la esperanza y este fin de semana voy a hacerle una nueva propuesta: cine alemán, cine europeo joder, algo muy bohemio y que además enriquece sin tener que hincharte a leer subtítulos como en la del tartaja inglés.
Si aceptan la entrada ya lo cuento por aquí cuando me de un agua con la Karcher.