domingo, 16 de mayo de 2010

La Tripa quete


Desde que comencé la vida universitaria, el horario de tarde en la facultad me ha hecho tener comer en muchas ocasiones viendo la programación anterior al telediario. Sin duda, mucho más enriquecedor que el programa de la Curri era ver los anuncios de teletienda que mientras todas las cadenas ponen de madrugada, La Sexta planta a la una de la tarde. Da un poco de mal rollo verte entre el público objetivo de crecepelos, fajas y viagras, pero nunca hay que rechazar estas cosas porque no se sabe cuándo se van a necesitar.

La técnica que traigo hoy nunca la he visto anunciada en La Sexta pero viene escrita en el capítulo del arte de la seducción del libro de la vida. Para qué quieres una faja o un Jes Extender... si uno no tiene de qué presumir, con una Tripa quete bien puesta puede conseguir fácilmente la apariencia de un aparato reproductor digno de bocas como la de la presentadora Emma García o cualquiera de sus pupilos de Hombres Mujeres y vicemierda. Sólo se necesita cultivar una barriga consistente, a base de cocido y gin tonic, colocarse bien unos pantalones de talle alto, y con un movimiento elegante al sentarse se conseguirá fusionar el embarazo ficticio con el aparato reproductor de una forma sublime. Es entonces cuando este volumen, todo uno, atraerá las miradas de féminas, fotógrafos curiosos y jugadores/entrenadores del FC Barcelona.

Aunque no tengo a mano datos oficiales sobre la eficiencia de esta técnica en relación al éxito amoroso, me gustaría señalar que todos los tripaquetistas que he conocido en mi vida son hombres casados y con hijos. Estoy seguro de que no es casualidad.