domingo, 14 de noviembre de 2010

Sans adieu o ahí te quedas

"Aurrevuaire que dijo Voltaire", "me piro vampiro" o "aparta que me voy" si uno no se lo piensa dos veces. "Que te den por culo" si el que quiere largarse es Manolo Preciado. Son otras formas de expresar el claro deseo partida.

Muchos hemos sufrido alguna vez a un colega que metido en faena nocturna, borracho como una rata y con la polla "pa partir cocos" empieza a alargar la noche mientras tú te quieres largar a casa. Si uno ha llegado al face to face y el amigo en cuestión pide contínuamente alargar la fiesta 5 minutos más para revolucionar el mundo del amor, lo mejor es huir como alma que lleva el diablo haciendo lo que se conoce como una despedida a la francesa.

Es un método muy efectivo para emergencias de este tipo y en absoluto de mala educación. Al contrario, pura herencia ilustrada tal y como explica el profesor Esteban Giménez:

"Durante el siglo XVIII había entre las personas de la alta sociedad francesa una moda que consistía en retirarse de un lugar en el que se estaba realizando una reunión o velada, sin despedirse, sin siquiera saludar a los anfitriones. Llegó a tal punto este hábito, que era considerado un rasgo de mala educación saludar en el momento de la partida. No se objetaba, por ejemplo, que la persona mirase el reloj para dar a entender las circunstancias por las que ella debía retirarse, pero de ninguna manera se veía con buenos ojos que el asistente saludase antes de ausentarse. Esta costumbre, en Francia dio origen al dicho sans adieu (sin adiós), que el lenguaje coloquial español acuñó en la forma "despedirse a la francesa", pero en este caso como equivalente de reprobación del comportamiento de alguien que, sin despedida ni saludo alguno, se retira de una reunión."

Como es tarde, dejamos para otro día el tema de la despedida a la española. Podremos preguntar qué opinan de ella a cerca de 5 millones de parados.