sábado, 13 de marzo de 2010

Apocalipsis analógica

En los últimos meses lo del apagón analógico se ha convertido en una cuestión de Estado. Todos los días algún telediario ha tocado el tema de lo que mola el digital, de las ganancias de empresas que reciclan televisores, de la historia de la tele o de mil mierdas por el estilo. El Gobierno ha hecho hasta una campaña en la que un par de viejos de pueblo se quedaban sin tele y el yerno, padre de familia (padre con coleta, habráse visto), les arreglaba lo del digital para que pudiesen seguir enganchados a España Directo.

Para empezar, he de decir que estaba claro que la campaña no iba a servir de nada porque en España nunca se cumplen los plazos, así que a 14 de marzo aún no conozco a nadie que le hayan quitado el analógico después de meses anunciando el fin del mundo. En segundo lugar, nunca me creí al pelos del Dakitú haciendo de padre de familia con el jersey que le regaló su abuela cuando cumplió la mayoría de edad y que tiene pinta de picar la de dios.

Llevan como un mes poniéndonos un letrerito blanco que a la que te avisa de que se acaba la tele te jode el rótulo que te interesaba. La gente se ha gastado la pasta en tedetés y por cojonuda que sea la señal, todos sabemos que sólo trae canales de mierda. A ver para qué coño quiero yo Telecinco y Antena 3 reponiendo la basura que echan a diario en la cadena principal o canales que te ponen las series de hace veinticinco años. Por tanto, me parece que hasta que los muchachos no desembarquen en la Neox no le voy a dar mucho bombo al invento.

Y es que esto del apagón me ha recordado a esos frikis que todos los años aprovechan su minuto de gloria televisiva para soltar sus predicciones de apocalipsis. De momento, el primer friki del año ha sido el Gobierno, que fallando su predicción ha dado unos días de margen al apagón pero seguro que mañana decide aniquilar al analógico justo cuando esté en la tele de la cocina viendo la salida de la Fórmula 1. Entonces, me acordaré del tipo del Dakitú, del letrerito blanco y de que soy un bocas y tenía que haber comprado el tedeté.

(He de confesar que no me importaría mucho que la televisión de la cocina no funcionase con adaptador de tedeté. La emisora que mejor ha cogido siempre es Telemadrid y he sufrido mucho comiendo con la Curri, así que si al final tengo que bajar el aparato al cubo de la basura me gustará mucho experimentar esa placentera sensación que me provoca reventar a leches elementos con pantalla como televisores o monitores de ordenador.)