jueves, 11 de febrero de 2010

"Antes molabas"


La expresión “antes molabas” es empleada comunmente para echar en cara a un colega su falta de embriaguez ante una injustificada abstinencia alcohólica. Suelen ser momentos en los que se puede acabar recordando batallitas conjuntas bajo los efectos del alcohol y que normalmente finalizan con palabras salidas directamente del corazón como los clásicos “te quiero mucho tío” y “a ver si nos vemos más” o menos comunes pero también ampliamente utilizados como “de verdad, yo no quería pero fue tu ex la que me insistió” y “las mujeres son todas unas putas menos mi madre, mi hermana… y tu madre también tampoco, claro”. Cuando no has bebido ni una gota de alcohol y te dicen esto puede sonarte a chufa, pero si estás como el de enfrente suelen ser instantes de tremenda emotividad. Yo a veces incluso doy besos.

Pero no sólo los colegas abstemios dejan de molar. Maradona ya no molaba cuando iba arrastrándose por los campos de fútbol, “Manos a la obra” no fue lo mismo en su vuelta a la parrilla y a los “Hombres G” más les valía haberse quedado como gracieta de penúltima canción de la fiesta ejerciendo de teloneros de la banda sonora de “Oliver y Benji”. Sete Gibernau también volvió pero él ya había sido un looser toda su vida, así que vamos a dejarle aparte. Y es que hay algunas vueltas que resultarían bromas pesadas, como si a Aznar le diera por volver a la política o a Jesulín de Ubrique por retomar su carrera como cantante. Hablando de toreros, sería bueno recordar también lo de Ortega Cano cuando enviudado decidió volver a rodar por el ruedo.

Todo esto lo digo porque ayer me perdí la película de “Farmacia de Guardia” y claro, ahora no puedo reforzar el sentiemiento general diciendo eso de “ya no mola”. Algunos pensarán que nunca moló, pero a mi me gustaba mucho con su musiquilla, sus limitaciones de escenario (plaza, farmacia y trastienda) y también por esa amable representación que Emma Ozores hacía de las prostitutas españolas, una especie actualmente en serio peligro de extinción. Por eso prefiero casi no haberla visto y mantener el bonito recuerdo que tengo de la serie.

Sin embargo, aunque en los casos anteriores es evidente la falta de molacidad, en otros muchos las personas gustan mucho de subirse al carro del “no mola” injustificadamente diciendo eso que tanto me jode de “se ha vuelto muy comercial”(estas palabras suelen perjudicarme igual que cuando oigo el vocablo “vintage” o veo en el Facebook que a la gente se le hace el culo gaseosa porque el determinador de barrios le ha dicho que su sitio ideal es Malasaña). Pues mira sí, U2, Ferreiro o Bunbury son tremendamente comerciales pero se la pela lo que pienses, han sido comerciales toda su vida porque lo que han querido es vender discos a cascoporro y si ya no molan por estar forráos quédate escuchando tu maldito disco de Vetusta Morla hasta que saquen otro y digas que ya no son lo mismo. Eso sí, que ningún fan de Vetusta Morla me venga con que ya no mola por haber adoptado al mismo público que El canto del loco, es algo relativamente normal si tenemos en cuenta que su cantante se ha debido de llevar las mismas patadas en la boca que Dani mArtín.

Esto se lo quiero dedicar a todos los que dicen que “Muchachada Nui” no es lo mismo que “La hora Chanante” y también al David, que recién operao de su ojillo no va a poder mirar a la pantalla del ordenador hasta dentro de unas semanas.